*Alerta Spoiler: este texto cuenta partes cruciales de la película. Si no la has visto y no quieres saber demasiado mejor no leer este texto.

Todas las obras cinematográficas utilizan distintos elementos propios de las producciones que se realizan con una cámara: planos especiales, encuadres determinados, puntos de vista, utilización de la luz, fuera de campo, entre otros.

De estos elementos es el fuera de campo uno de los que muchas veces entrega más información sobre lo que pasa, aunque suene paradójico. Muchas veces lo que no vemos y lo que no oímos es más importante y completa la historia y las acciones que vemos en campo. Gilles Deleuze hace dos distinciones del fuera de campo: “En un caso, el fuera de campo designa lo que existe en otra parte, al lado o en derredor; en el otro, da fe de una presencia más inquietante, de la que ni siquiera se puede decir ya que existe, sino más bien que «insiste» o «subsiste», una parte. Otra más radical, fuera del espacio y del tiempo homogéneos. Es indudable que estos dos aspectos del fuera de campo se mezclan constantemente1”.

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Una de la películas que trabaja ambos aspectos del fuera de campo es “El video de Benny (1992)” de Michael Haneke. El protagonista de la obra es Benny (Arno Frisch), un joven aficionado a los videos que graba prácticamente todos los aspectos de su vida. Invita a una joven (Ingrid Stassner) de su edad a casa a quien le dispara con una pistola de sacrificio de ganado en repetidas ocasiones (producto de la desesperación del primer disparo) y a la que termina matando. Se confiesa con sus padres quienes idean un plan para ocultar la evidencia y proteger a su hijo y a ellos mismos (quienes serían acusados de negligencia si se descubriera el crimen). Mientras el padre, Georg (Ulrich Mühe), se encarga de hacer desaparecer el cuerpo, la madre, Ann (Angela Winkler), y Benny se van de vacaciones a Egipto.

Este es un amplio resumen de la película y no es de interés conocer el final de la historia.

Lo que sí es importante es dar conocer en qué escenas se ven los aspectos que integran el fuera de campo, las cuales se detallan a continuación.

El asesinato en fuera de campo

La acción misma del asesinato de la joven no ocurre en pantalla. Vemos de pie a la niña mientras habla con Benny, tienen entre ellos una pistola de sacrificio de ganado, se retan a disparar, se llaman uno a otro “cobarde” hasta que Benny dispara. La joven cae y queda al descubierto una pantalla que muestra lo que graba una cámara al interior de la habitación en que se encuentran. La pantalla muestra un espacio vacío y escuchamos a la niña gritar de dolor, pero no la vemos. En la pantalla aparece Benny que carga nuevamente la pistola y va a disparar una segunda vez, y una tercera vez. En la pantalla por escasos segundos se ven ambos jóvenes, aunque algunas pequeñas acciones se vean de todos modos no lo vemos directamente, por lo que el asesinato no ocurre dentro del campo.

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Si abriéramos el cuadro que nos muestra el pequeño monitor y viéramos la habitación completa, el asesinato hubiera quedado en campo. “(…) Un sistema cerrado, incluso muy cerrado, no suprime el fuera de campo sino en apariencia, dándole a su manera una importancia igualmente decisiva, incluso más decisiva. Todo encuadre determina un fuera de campo2”, escribe G. Deleuze y tal como lo describe entendemos que el encuadre escogido para “mostrar” el asesinato deja la acción misma fuera de campo, pero a pesar de esto el espectador sabe lo que está pasando, lo escucha y se lo imagina.

La escena del asesinato dura dos minutos en los que casi se siente el dolor de la niña y la desesperación del joven. Luego Benny limpiará el piso y ocultará el cuerpo.

El ocultamiento de la evidencia en fuera de campo

Después de confesar a sus padres que mató a una joven –lo hace en un video- éstos piensan qué pasos seguir. Entonces deciden que Georg se encargará de no dejar rastros de la muerte, mientras madre e hijo se tomarán unas vacaciones (mientras menos sepan será mejor). En este acto de 17 minutos, que incluye más de una escena, se utiliza el segundo aspecto del fuera de campo, como G. Deleuze lo describe propiamente tal: “El fuera de campo remite a lo que no se oye ni se ve, y sin embargo está perfectamente presente3”.

Cuando Ann y Benny están de vacaciones en Egipto lo que pasa en ese país del Medio Oriente no es importante. Toda la acción que interesa sigue sucediendo en Europa, nos preguntamos qué está haciendo el padre con el cuerpo de la niña muerta. Pero el espectador no lo oye ni lo ve. Nunca lo hará. Nunca sabe qué hizo Georg con el cuerpo.

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La acción que vemos en pantalla, madre e hijo en la playa, en la habitación de hotel, de paseo no interesa ni al espectador ni a los mismos personajes. Aunque es un gran acto que puede volverse algo tedioso es justamente lo que no se ve ni se oye en lo que uno se concentra. El padre debe ocultar un cuerpo para ayudar a su hijo, pero ¿cuándo lo hace? ¿En qué momento? ¿Mientras madre e hijo hacen qué cosa? ¿Cuánto se demora? ¿El padre realiza la acción en Europa al mismo tiempo en que se ve a Ann y Benny en Egipto, o la realiza en otro tiempo que no muestran?

Es el gran peso de esa acción que no se muestra en pantalla el que hace que Ann se desmorone y llore de la nada. Ese llanto surge de lo que el espectador y los personajes saben que está sucediendo en otro espacio, quizás en otro tiempo/momento (no lo sabemos).

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Michael Haneke logra con maestría mostrar lo necesario y determinante sin mostrarlo. El espectador logra ver -imaginar- las escenas importantes aunque realmente no estén en la pantalla. Porque están. No en la pantalla, pero sí en un espacio determinado por la experiencia, lo conocido y la memoria de cada espectador, quien logra completar la historia justamente con eso que no se ve.

1.- Deleuze, Gilles (1983); La imagen movimiento. Estudios sobre cine 1 (pág. 35); Barcelona, España: Ediciones Paidós.
2.- Ibidem, pág. 33.
3.- Ibidem, pág. 32.

*Este texto fue originalmente escrito para el diplomado Teoría y crítica de cine de la PUC en su versión de 2013.

Categorías: Cine y tv

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