Nuevamente tenemos encuentro virtual con #BloggersChile. Este es un grupo de sitios de variados temas que una vez al mes se reúne en torno a un tema en común y cada sitio lo aborda desde su perspectiva. Este mes el tema es «Día del Padre» y en Cuarto Literario quisimos hablar de Franz Kafka y la relación con su padre.

¿Cómo veía Franz Kafka a su padre?

Franz Kafka Herman

Franz Kafka y Herman Kafka.

Franz Kafka es un escritor nacido en 1883 en Praga, hoy República Checa, y se hizo famoso de manera póstuma, cuando un amigo que tenía como misión destruir su obra, la publicó.

Franz Kafka veía a su padre con temor y demostraba debilidad frente a él. Se cree que su obra gira en torno a la figura de su padre y la relación lejana que tenía con él.

Sin embargo, la obra más directa que nos habla de la relación de Franz Kafka con su padre es precisamente «Carta al padre». Es realmente una carta que Kafka escribió a su padre Herman, le pidió a su mamá que la entregara, pero ésta nunca lo hizo. Hoy se han publicado varias ediciones. A mí me da un poco de pudor haberla leído, porque es algo sumamente privado, pero ¿cuántas cartas se han publicado de personajes destacados? Miles (aunque no me parece buen pretexto).

«Carta al padre» comienza así:

«Querido padre: Hace poco tiempo me preguntaste ¿por qué te tengo tanto miedo? Como siempre, no supe qué contestar, en parte por ese miedo que me provocas, y en parte porque son demasiados los detalles que lo fundamentan, muchos más de los que podría expresar cuando hablo».

¿Se imaginan lo complejo que fue para Franz Kafka escribir esta carta? Siempre se sintió nulo frente a su padre (lo cuenta en el mismo texto, recordando un episodio de niño en que lo dejó fuera de la casa mientras llovía), se sabía más débil y frágil que él. Con una personalidad más falta de carácter, en definitiva se sentía ajeno a él.

Entrado el texto Kafka escribe:

«(…) Dividí al mundo en tres partes: en una vivía yo, el esclavo, bajo leyes que habían sido inventadas solo para mí y que nunca podía cumplir en forma satisfactoria, sin saber por qué. Tú vivías en un segundo mundo, infinitamente lejos del mío, ocupado de gobernar, dar órdenes y disgustarte si no se cumplían. En el tercer mundo vivía el resto de la gente, feliz y sin órdenes que obedecer».

¿No debiese la familia encontrarse en un único mundo? De acuerdo a la visión que tenía Franz Kafka su padre era severo solo con él y si encontraba ternura en sus ojos, nunca iba dirigida hacía el hijo mayor. Descubría incongruencias en el actuar de su padre, sobretodo hablando de religión, donde el padre lo obligaba a ser un buen judío cuando él no se comportaba como tal. Por lo que estas contradicciones confundían a Franz, de por sí frágil y disminuido, sintiendo que todo el autoritarismo de su padre iba dirigido a él.

A pesar de la imagen severa que tiene de su padre, Kafka comenta:

«Casarse, formar una familia, aceptar los hijos que vengan, mantenerlos en este mundo inseguro y, más aún, guiarlos un poco, es en mi opinión lo más importante que un hombre puede lograr. Esto no lo desmiente el hecho de que, en apariencia, lo logre con facilidad tanta gente; en primer lugar, no son tantos los que lo consiguen, y en segundo lugar, muchos no lo ‘hacen’, sino que solo les ‘sucede'».

La difícil relación de Kafka era con su padre y no con la figura del padre. Él estuvo comprometido y no llevó a cabo el matrimonio, sin embargo, creía en la visión de familia. Él no pudo hacerlo y tampoco le sucedió. Esta carta era un alivio para el escritor, sin embargo, su padre no la leyó, por lo que probablemente cuando la tuberculosis se lo llevó en 1924 no había conseguido consagrar la relación con su padre.

Muchas personas tienen relaciones complejas con el padre (mucho más que con la madre), pero, lo queramos o no, nos guste o no, tenemos que agradecerles nuestra vida. El 50% de nuestros genes provienen del padre y aunque se desentienda de los hijos, en primera instancia, la existencia también se la debemos. Por eso es bueno aprender a quién odiar y a quién perdonar.

Franz Kafka Casa

En Praga existe una estatua en honor a F. Kafka. Él tenía un sueño recurrente donde lo perseguía un monstruo y sentía mucho miedo. Hasta que en uno de esos sueños repetidos decide darse vuelta y vio que este monstruo no tenía cabeza. Sintió tanta lástima por él que se subió a sus hombros para poder guiarlo. Había dominado el sueño. La segunda imagen es en la casa de una de las hermanas de Kafka, donde vivió un tiempo. Hoy es una tienda dedicada a él.

Si quieres leer el resto de las propuestas de #BloggersChile te dejo el listado de todos:

Así piensa una mamá, Barras y Corbatas, Callejeando Blog, Dice la Clau, Doble Check, El Blog del Decorador, Estila Estilo, Estilo es Actitud, Geek and Chic, Golden Strokes, La otra yo, Maternidarks, Mujeres y másQue bonita, Ratatouille, Revista Castaña, Te Maquillo, Tu Guía Fashion, Un Blog Ultrameganerd

Categorías: Literatura

3 comentarios

Aldo [El Blog del Decorador] · 6 junio, 2016 a las 7:30 pm

Hola Clau, que entretenido post, no puedo evitar pensar que heavy que publiquen tus cartas, es como si alguien tomará tus e-mails e hiciera un libro con ellos… Claramente es algo que no pasaría en el mundo de hoy.

Saludos! Aldo

Luna G. · 7 junio, 2016 a las 12:28 am

Que heavy debe ser sentirse así y también heavy que se haya publicado. ¡Súper interesante Clau! Dan ganas de saber más.
Besos

Trini · 23 abril, 2022 a las 8:02 pm

Es verdad qué nuestra existencia se la debemos al 50% al padre,pero ese título hay qué ganárselo y no solo por qué te engendre tiene ese derecho.Yo lo siento,pero no perdona a ese ser qué debía protegerme y lo único qué hizo fue golpearnos y bejarnos

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